Alivia Tensiones con Masajes y Ejercicios

Generalmente, el dolor del cuello no se encuentra relacionado directamente con lesiones, sino que más bien es consecuencia de un desequilibrio en el control nervioso de la musculatura, que se ve sometida a contracciones repetidas, reduciendo el riego sanguíneo, linfático y energético.

Si no existe una lesión específica, el dolor del cuello es el resultado final de una suma de tensiones que alteran el sistema nervioso, dando origen a continuas molestias y a una inmovilidad parcial o total que limita nuestra capacidad de acción.

Si se descarta una lesión por traumatismo o desgaste, debemos mirar hacia la verdadera naturaleza del problema y pensar hasta qué punto se nos escapa el control de las situaciones que vivimos.

También será interesante pensar en la incidencia que tienen nuestras emociones y nuestra actitud mental sobre los procesos que aumentan la tensión y el dolor del cuello.
¿Qué hacer si se padecen dolores crónicos en el cuello?

En primer lugar, es importante consultar a un profesional para descartar lesiones y, en caso de que no existiesen, lo más recomendable es crear buenos hábitos posturales, hacer ejercicios para fortalecer los músculos y observar las causas que originan la tensión excesiva del cuello.

También es eficaz realizarse automasajes en la zona y aplicarse cataplasmas de arcilla, porque ayudan a reducir notablemente la rigidez de cuello y hombros.

Mover la cabeza despacio, hacia un lado y hacia otro, acompasando la respiración, también favorece la eliminación de tensión.

Al igual que duchas de agua caliente, que alivian de forma efectiva los dolores del cuello.

Para ello, se aconseja poner la musculatura del cuello debajo del chorro de la ducha y mover la cabeza de modo que se estiren los músculos.

Hazlo todos los días, especialmente al finalizar la jornada y verás cómo empiezas a disfrutar de un cuello más sano.

Además, en los dos recuadros del artículo te explicamos otros ejercicios sencillos y efectivos que tienen como objetivo fortalecer el cuello y devolverle una cómoda y agradable movilidad.

Sugerencias para Evitar comerte las Uñas

Si haz decidido que esto tiene que cambiar, bien…. hoy te damos una ayuda, para evitar la tentación de morderse en diversas situaciones claves.

Si está leyendo un libro o revista, sujételo bien con ambas manos. Si escribe, ponga la mano que no utiliza en actitud de presionar el papel. Cuando maneje el auto, use las dos manos todo el tiempo.

Si va a hablar por teléfono, tome algún objeto con la mano que no sostendrá el auricular. Para mirar TV, descanse los brazos en el sillón o sobre los muslos.

Otra manera de evitar la tentación en este caso es hacer una tarea que descargue tensión y ocupe las manos al mismo tiempo, como tejer, coser, cortar papel o planchar.

Al hablar con alguien, sobre todo si la situación es incómoda, nuestras manos pueden irse sin querer a la boca mientras escuchamos. Ponga sus manos en los bolsillos o sujete su cartera, una agenda o cinturón.

Si va al cine o a escuchar una conferencia, no deje su cartera en el asiento de al lado. Téngala en sus brazos, relajadamente.

La idea es tomar conciencia del lugar de sus manos y reaccionar antes de que sus uñas recién crecidas con tanto esfuerzo queden cercenadas en un descuido.

Y un consejo extra: aunque ni se vean, mantenga sus uñas pintadas con una mano de esmalte incoloro o perlado suave. Si su mano llega a la boca, el sabor extraño le recordará que debe bajarla.